• La odisea del empleo



    Una penosa realidad que aflige al ser humano es sin lugar a dudas “buscar empleo”. Una traumática travesía que te lleva por una especie de juego de mesa donde puedes hallar toda clase de sorpresas, desde improvisadas entrevistas elaboradas por alguien que no tiene la más mínima relación con tu perfil, hasta toparte con las preguntas más idiotas seleccionadas por algún pseudo panel de expertos.

    En una oportunidad me preguntaron: - Nombre 5 cosas que cambiaría de usted- Lo primero que me vino a la mente fue “mi entrevistador”; digo, que clase de pregunta es esa, ¿acaso debo cambiar algo de mi personalidad para aplicar a un empleo? No sabía que debía llevar un informe psicológico sobre mis debilidades; cuando siempre me han dicho que en una entrevista debo mostrar buena actitud, una sonrisa, seguridad y hablar de tus fortalezas, a quien se le ocurre que voy a hablar de mis defectos… la pregunta me pareció imbécil por demás, si lo que deseas es cumplir la premisa de la actitud positiva, es completamente antagónica esta pregunta.

    Otra de las cosas que me causan síndrome de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, es la constante selectividad de individuos menores a 30 años para un puesto. Actualmente, los científicos están investigando como encontrar la longevidad o vivir más de 200 años; como según predijo Nostradamus; y divagando una vez más en mi mente abstracta, vuelve a nacer la duda y digo: ¿para qué quiero vivir más de 200 años si sólo dan empleo hasta los 35 máximo?; ¿De qué voy a vivir los otros 170 años restantes?; porque estoy casi seguro que si llegamos a vivir más de 200 años el gobierno nos va a jubilar después de los 150, y probablemente tengamos que vivir vendiendo queso en una esquina durante todo ese tiempo.

    Obviamente este tema de la edad saca de quicio a cualquiera; en especial a las mujeres, porque a ninguna mujer le gusta que le digan vieja, por eso se someten a toda clase de cirugías estéticas para conservar una imagen juvenil y fresca por el mayor tiempo posible, pero a la hora de buscar empleo lo primero que les van a preguntar es ¿cuál es su número de cédula…? Y no hay cédula que diga expresamente la cantidad de mililitros que tienen los implantes; por lo tanto, buscar empleo no es una cuestión de imagen.

    Junto con este tema en particular, llegamos a la famosa pregunta de la experiencia laboral; las empresas modernas solicitan personas no mayores de 30 años para un puesto, pero que tenga experiencia comprobada. Nuevamente, ante el prominente y posible ataque de rabia al mejor estilo del demonio de Tasmania, surge la interrogante de cómo complacer a estos señores entrevistadores, debes ser joven pero con experiencia; es decir, preferiblemente que te hayas graduado antes de los 20 años para tener la suficiente sabiduría de ejercer un cargo profesional a los 25 de promedio, que es la edad donde normalmente apenas estas saliendo del cascarón y de la universidad y una vez más me pregunto…¿es que debí haber nacido como un niño genio para cumplir tal expectativa?

    Por último y no menos irritante, son unos mensajes que manda una página muy famosa llamada Linkedin; la cual, envía algo más o menos así: “Fulano, las empresas tururú y tururá te están buscando…” y otra vez me pregunto… ¿y por qué diantres no me consiguen…? porque hasta donde yo sé, ahí están todos mis datos de contacto.

    En una entrevista de empleo de una muy famosa marca de aspirinas me preguntaron: ¿cómo se ve dentro de 10 a 15 años? – a lo que respondí: me veo presidente de la república… - la cara del entrevistador era un poema y me replica: -¿por qué usted dice eso?- yo le contesto: bueno para buscar trabajo en esta empresa me piden el título, las notas, que experiencia tengo, recomendaciones de empleos anteriores, copia fondo negro de los documentos, título de bachiller (y algo que no me cabe en la cabeza es que si tu presentas un título universitario ¿para qué %@#%! te piden el título de bachiller?) pero en fin, volviendo a la respuesta que le dí:  pero para ser presidente, sólo piden ser mayor de 30 años, estar casado y ser venezolano, y en estos últimos años ya eliminaron dos de esos requisitos, porque el actual susodicho, no era casado cuando asumió la presidencia y tampoco es venezolano; entonces usted me dirá… ¿no es más fácil querer ser presidente que intentar buscar empleo?


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