• Alimentos Aztecas


    El pueblo azteca cultivaba el maíz, el frijol y la calabaza como fuente básica de sustento, donde se incorporaba el chile y el tomate; estos ingredientes siguen siendo parte fundamental de su dieta actual. Entre otros alimentos se encontraba la recolección de camarones procedente del lago Texcoco y  las algas espirulinas, que se utilizaban para preparar una especie de oblea que representaba una significativa ingesta de flavonoides a us hábitos alimenticios. La espirulina se recolectaba de las lagunas salinas con redes y pequeñas palas, posterior a un tiempo de secado bajo el sol, se elaboraban estas especies de obleas, destinadas a condimentar o acompañar tortillas.


    El Tecuitlatl (Concentrado de Algas Espirulinas)

    El tecuitlatl, era básicamente la principal fuente proteica de los aztecas, mayas e incas. En la Tenochtitlán del siglo XVI, el acceso a complementos proteicos como carnes, guajolotes (pavo) patos, peces y otros era de carácter reservado, en especial para los que conformaban la clase campesina o de menor nivel en la sociedad indígena; es así como esta alga, pasa a formar componente vital del sustento alimenticio.

    Cuando coincide la civilización azteca con la europea en 1520, se presento un choque de culturas, acompañado por un cruel derramamiento de sangre motivado a la imposición de fuerza y leyes españolas. A pesar de un origen agreste y poco afable, los conquistadores fueron adoptando algunas costumbres locales; tales como, la cría de aves como el pavo y el consumo de chocolate, han sido una de las prácticas persistentes a través del tiempo. Otras actividades propias de la región no corrieron con la misma suerte.
                Algunas costumbres, ritos y cultos fueron objeto de prohibición pese a encontrarse antagónicamente a la ideología cristiana y como consecuencia del intercambio cultural, los españoles dieron a conocer nuevos productos a nuestro continentes; por ejemplo, el ganado. Bernal Díaz del Castillo en sus crónicas de “La Conquista de la Nueva España”, ha sido uno de tantos testigos de nuestra historia.
                Entre otros cronistas destacados de la historia encontramos a Bernardino de Sahagún, con su obra “Historia General de las Cosas de la Nueva España” y a López de Gomara (Secretario de Cortés) quien escribió “La Conquista de México” con instrucciones y dictados del propio conquistador. Muchas otras recopilaciones en lengua mexica del pueblo azteca fueron puestas al alcance del público por Soustelle. Las historias reunidas por tantos investigadores mencionan una sustancia azul-verdosa (la espirulina) que era llamada tecuitlatl, pero lamentablemente y para desventaja de la humanidad, la herencia que debimos recibir de nuestros ancestros indígenas, ha quedado olvidada en el tiempo y con ella la posibilidad de compartir sus bondades con el resto del mundo. Citando los escritos de Gage.
    "Pues en cierta época del año, ellos cultivan con redes un limo polvoriento que se amasa sobre el agua del lago de México, y que es parecido a la espuma del mar, que se junta en grandes pilas y después se forman galletas planas en forma de ladrillos. Esta mercancía no se despacha solamente en el mercado de ahí, también la envían muy lejos a otros lugares, y la comen con tanto gusto y apetito como nosotros hacemos con el mejor queso de Europa. Ellos mismos creen que esta espuma era la causa que atraía a tantas aves sobre el lago, principalmente en invierno donde había un número indefinido de ellas".

    Según Soustelle:
    “los pobres y los campesinos de los bordes de la laguna recogían sobre el agua misma una sustancia flotante “excremento de piedra” un poco parecido al queso, y que exprimían para hacer pan”.

    Soustelle, hace mención del uso de la espirulina junto con los tomates y picante para la preparación de diferentes recetas, las cuales eran objeto de una vibrante actividad comercial nacida de las lagunas salinas. Gracias al valor nutricional de la espirulina, el tecuitlatl proporcionó el tan preponderante sustento alimenticio para la cultura indígena a lo largo de diversas comunidades indo- americanas. Esperamos que un futuro, el tecuitlatl, pueda volver hacer acto de presencia en nuestra sociedad actual y con él, la reivindicación de nuestra más autenticas y ancestrales raíces.


  • You might also like

    No hay comentarios.:

    Publicar un comentario