• Una Marca de Dios



    Es difícil para cualquiera que haya estudiado ciencias comprender el misticismo de una fuerza que esté más allá de la razón y en muchas ocasiones, llegamos a negar la voz de Dios en nuestras vidas; sin embargo, creo que sería bueno dar testimonio de pequeñas experiencias de fe, que me han permitido encontrar una relación con Él.

    ¿Cómo conocí a mi esposa?

                Siendo muy joven, trabajaba yo como personal de correspondencia en la industria petrolera, donde había conocido previamente a un compañero del área de servicios médicos; mi buen amigo José Gil. Esta persona fue la que me inició en los caminos de la Fe.
    Ya iniciado en los senderos del Señor, le mencioné a mi amigo en una de esas tardes de tertulias, mi inquietud por el tiempo que llevaba en celibato (condición que quise confirmar por experiencia propia y me reveló muchas respuestas por más de 2 años) y él me respondió: —¿No será que el Señor te quiere para sacerdote? —Reaccioné con un silencio sepulcral y lleno de estupor; pues no esperaba un comentario de tal magnitud. Inmediatamente mi amigo me recordó las palabras de la oración, “…hágase Señor tu voluntad…” decidí en pocos días enfrentar mis miedos; ya que semejante pregunta no se correspondía con la perspectiva de vida que había planificado para aquel entonces.

    Acostumbraba yo ir a las misas de primera hora, cuando en una mañana muy temprano, antes de ir a trabajar, resolví que tenía que hablar en el tabernáculo ese asunto del sacerdocio con el Señor. Entré a la iglesia de San José de Chacao, me arrodillé frente al Santísimo y dije: "Señor hágase en mi tu santa voluntad, si me quieres sacerdote dame una señal y dejaré todo para ir al seminario (En ese momento de oración, intenté darle a mi petición una pizca de picardía); "pero si tú crees que exista alguna otra forma en la cual yo te pueda servir, si piensas que no es necesario que tenga que pasar por todo ese sacrificio, déjame conocer a alguien con quien realizar mi vida, porque yo no quiero seguir solo".

     Aproximadamente un mes después; esperando aquella señal para abandonar mi trabajo e irme al seminario, conocí a una mujer especial, acompañado de una inefable sensación de seguridad y ambigüedad a la vez; sin embargo latía en mí, la fuerte convicción de que ella había sido enviada en respuesta a mi oración. Ella, llegaba a trabajar a la misma torre de oficinas donde yo prestaba servicio, debido a un desafortunado y triste incidente ocurrido en su vida personal. Un mes después de habernos conocido, nos hicimos novios, un año después; nos casamos, pero antes de casarnos también sucedió una pequeña gracia espiritual.

    Con esa extraña pero inequívoca sensación dentro de mí, no quise esperar mucho tiempo para expresarle a ella mi intención de casarme; su respuesta con 3 meses de noviazgo fue lógicamente de duda y rechazo a la propuesta. Lamentablemente existían algunas dificultades del campo espiritual; mi actual esposa para aquel entonces, venía de vivir una experiencia de vida  muy desconsoladora; había perdido recientemente a su madre y no contaba con un padre, ni hermanos que ayudaran a sosegar ese vació. Así que decidí esperar unos días para ordenar ideas.

    Otro día; muy temprano en la mañana, me encontraba nuevamente frente aquel Santísimo, en la misma iglesia antes de ir a trabajar; eleve una oración y le pregunté al Señor: "¿Es ella la respuesta a mi oración o he interpretado mal esta señal?; Señor si esta mujer está destinada a mi, yo no pongo ningún obstáculo para consagrarme en matrimonio, pero necesito saber si estoy o no en lo correcto, así que si es tu voluntad que ella sea mi esposa, que venga de ella la idea de casarnos, porque yo no se lo pregunto más..." Así es, como lo están leyendo, estaba confundido y hasta molesto porque no entendía la negativa a mi propuesta; si ella era la respuesta de Dios a mi oración, era para mi bastante lógico que todo marchara y fluyera sin complicaciones; así que, una vez más, dejé todo en manos del Señor.

    Estando otro día en misa; en la misma iglesia de Chacao, pero esta vez acompañado de mi novia, vi como de repente ella se levantó y entro al confesionario; cosa que me llamó la atención, pues debido al profundo dolor que ella llevaba por el fallecimiento de su madre, era bastante renuente a los asuntos eclesiásticos. Ella sentía que Dios no la escuchó cuando su mamá estuvo enferma y por esa misma razón, varias veces mostraba su descontento hacia la Iglesia, la religión, los sacerdotes y en especial la confesión.

    Unos minutos después regresó a la banca y al sentarse junto a mi me dijo: —Vamos a casarnos—No fue una pregunta, ni siquiera una orden, diría que fue más como una invitación. Estaba en estado de obnubilación, mas no demoré muchos segundos en reaccionar y responder simplemente: "OK"

    Puedo decir orgullosamente dentro de una sociedad que tiene matrimonios de tres meses de duración, que hemos alcanzado ya 26 años de casados y criamos tres hijos con mucho sacrificio, pero convencidos más que nunca que nada de esto llega sin tomar la decisión de perseverar en la fe, la esperanza y el amor.








  • You might also like

    3 comentarios:

    1. Muchas personas no creen en la actualidad que existan matrimonios como el que acabo de leer confío en dios que el mío sea igual de feliz y duradero como el de ustedes que dios los bendiga y les de nichos años mas para seguir compartiendo sus vidas

      ResponderBorrar
    2. Muchas personas no creen en la actualidad que existan matrimonios como el que acabo de leer confío en dios que el mío sea igual de feliz y duradero como el de ustedes que dios los bendiga y les de nichos años mas para seguir compartiendo sus vidas

      ResponderBorrar
    3. wow... señales si como dices.... Dios bendiga tu unión y tus 3 bendiciones. así es en una sociedad como lo de ahora este tipo de encuentros muy poco lo vemos. que continuen por muchísimos años mas..

      ResponderBorrar